La Alhambra

 Publicado por a las 8:21  Fotos Libres, Reportajes
Abr 202009
 

La Alhambra es una ciudad palatina, formada por un conjunto de palacios, jardines y fortaleza defensiva que forman un todo que podría resumirse perfectamente en una palabra: “belleza“.
La visita la comenzamos subiendo desde el centro granadino, por la Cuesta Gomérez y llegando a la Puerta de las Granadas, de 1536. Ésta fue construida sobre la antigua Bib Albuxar (Puerta de las Alegres Nuevas) y, aunque parezca mentira, lo que nos espera tras franquearla, es uno de los más bellos palacios árabes, si no el que más.

Puerta de las Granadas

El nombre de esta puerta viene de las dos terminaciones que coronan la misma, representando sendas granadas, aunque en la imagen se aprecian levemente… A la derecha de esta entrada podemos ver las Torres Bermejas, construidas en el s. XI sobre una fortificación anterior con motivo de reforzar aún más las murallas.

Tras subir la empinada y frondosa alameda, hacemos la primera parada junto al Pilar de Carlos V, fuente cuyas bocas representan, según cuenta la tradición, los tres ríos de Granada: Beyro, Darro y Genil.

Pilar de Carlos V

Después de un breve descanso junto al fresco y relajante murmullo del agua, nos disponemos a entrar en el recinto amurallado. Lo haremos por la Puerta de la Justicia. Data del s. XIV y está formada por dos arcos; el exterior tiene en su parte superior grabada una mano árabe, la mano de Fátima, cuyos dedos representan los fundamentos de la religión islámica: unidad divina, oración, limosna, ayuno y peregrinación a La Meca. En el interior, aparece una llave representando el poder que Dios otorgó a Mahoma para abrir y cerrar las puertas del Cielo. En uno de los Cuentos de la Alhambra se dice que “cuando la mano coja la llave, aparecerán los tesoros ocultos de la Alhambra”.

Puerta de la Justicia

Representación de la mano de Fátima en el arco exterior de la Puerta de la Justicia

Detalle del arco interior de la Puerta de la Justicia

Al pasar al interior por la Puerta de la Justicia accedemos a un túnel en forma de “S”, diseño típico de las puertas defensivas árabes que evitaban así que los invasores pudieran arremeter de frente y en tropel, obligándoles a serpentear por la entrada, prácticamente de uno en uno. A nuestro paso, dejamos atrás una puerta de hierro forjado, tanto ésta como el cerrojo y los pestillos, son originales.

Detalle de la puerta original

Una vez dentro del recinto, atravesamos la Plaza del Aljibe y nos dirigimos a la Alcazaba. Se trata de la parte defensiva y militar del recinto, data del s. XIII y es fácilmente reconocible por sus altos y gruesos muros.

Vista de las murallas de la Alcazaba

Lo primero que encontramos en el interior de la Alcazaba es la Plaza de Armas o Barrio Castrense, lugar que estaba ocupado por las casas y cuarteles de la tropa. Hoy sólo se puede ver la planta de éstas, marcada por pequeños muros. Bajos éstos aún quedan las mazmorras y varios aljibes.

Barrio Castrense

Saliendo por la izquierda de la Plaza de Armas, llegamos al Jardín de los Adarves, un remanso de tranquilidad entre cipreses, flores y muchas fuentes, desde donde tomamos la salida de la Alcazaba para dirigirnos ya hacia los Palacios Nazaríes.

Una de las fuentes del Jardín de los Adarves

Dejamos ya la Alcazaba y nos dirigimos hacia los Palacios Nazaríes. Entramos en este maravilloso conjunto por el Mexuar (Meshwar), lugar donde se trataban los asuntos administrativos y de justicia. Salimos de esta zona por la puerta que da al famoso Patio de los Arrayanes, con su estanque flanqueado por dos hileras de setos de mirtos o arrayanes, los que dan el nombre al mismo.

Patio de los Arrayanes

Desde el Palacio de Comares, donde se encuentra el Patio de los Arrayanes, pasamos al, no menos famoso, Patio de los Leones. En el, además de la famosa fuente (actualmente está cubierta por una gruesa cristalera y los leones se encuentran en proceso de restauración), nos llama la atención el “bosque” formado por 124 columnas que, a modo de palmeras, rodean el patio. Se dice que es una representación del Paraíso.

Detalle del “bosque” de columnas que rodean el Patio de los Leones

Es el momento de recordar que, casi la totalidad de los muros de la Alhambra, está magníficamente decorada por glosas de los poetas Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak; a excepción de las figuras de la Fuente de los Leones y una pintura representando a diez reyes moros congregados en asamblea, así como escenas eróticas, de caza, juegos y torneos, atribuídas a autores cristianos del s. XIV procedentes de Sevilla, ciertos preceptos coránicos prohíben el desarrollo de artes figurativas, de ahí la decoración a base de poemas que vemos por doquier.

Detalle de la decoración en los muros de la Alhambra

Salimos ahora de los palacios y nos dirigimos hacia los Jardines del Generalife, del árabe Yannat al-árif (jardín del arquitecto). La parte más antigua de éstos data del siglo XIII y formaban la villa de recreo de los reyes nazaríes. La protagonista sin duda alguna de este lugar es el agua, su frescor, su sonido y sus juegos de luces, como queda patente, tanto en la zona de El Partal, lugar dedicado a las viviendas de los criados de palacio, y en el gran protagonista de estos jardines, el Patio de la Acequia, con su canal central lleno de alegres surtidores y flanqueado por setos de arrayanes, cipreses, naranjos, etc.

El Partal

Patio de la Acequia